El bullying, es una de las formas de
violencia que se dan entre los escolares y que por ser un fenómeno
socioeducativo, debe ser motivo de preocupación en las autoridades educativas y
padres de familia, por las consecuencias negativas que este tipo de conductas
ocasionan en los niños que sufren de este tipo de maltratos.
Este es el motivo fundamental por el cual
se hacen este tipo de investigaciones, para conocer y dar a conocer la magnitud
real de estos hechos y así ir rompiendo el círculo del silencio. Así mismo
debemos romper el patrón cultural de concebir como “algo normal” estas
situaciones de intimidación, violencia, exclusión, discriminación como propio
de los niños y de la cotidianidad de los establecimientos educativos.
Desde esta perspectiva el bullying es un
problema sistémico, por lo que toda persona o institución que está involucrada
en el cuidado y desarrollo de los niños y adolescentes (familia, profesores,
auxiliares, directores, orientadores, tutores, psicólogos
psiquiatras, psicopedagogos, amigos, víctimas, observadores, profesoras de
inicial y gobiernos locales) tienen alguna responsabilidad compartida para
frenar este mal que afecta a lo más valioso de nuestros niños: su autoestima,
dañando así su presente y su futuro.